miércoles, 28 de agosto de 2013

El duelo y las lágrimas




Cuentan que había una vez un señor que padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano: 
Su hijo había muerto. 
Y desde su muerte y durante años, no podía dormir. Lloraba y lloraba hasta que amanecía.
Un día...cuenta el cuento, se le aparece un ángel en su sueño, que le dice:
-¡Basta ya de llorar! 

Y él le responde   -Es que no puedo soportar la idea de no verlo nunca más
El ángel le dice:  -¿Quieres verlo?
Y al confirmarle que sí, lo toma de la mano y lo sube al cielo. 

-Ahora lo vas a ver, quédate acá.
A una orden suya, sobre una fila larga de nubes empiezan a pasar un montón de niños vestidos como angelitos, con alitas blancas y una vela encendida entre las manos.

Como uno se imagina el cielo con los angelitos.
El hombre dice: -¿Quiénes son?
Y el ángel le responde: -Son los niños que han muerto en estos años, y todos los días hacen este paseo con nosotros, porque son puros. 

El padre le dice  -¿Mi hijo está entre ellos?
-Sí, ahora lo vas a ver – le contestó el ángel, mientras pasaban cientos y cientos de niños.
-Ahí viene- avisa el ángel, 

Y el hombre lo ve, radiante como lo recordaba...pero de pronto, algo lo conmueve: Entre todos, es el único chico que tiene la vela apagada. 
Siente una enorme pena y una terrible congoja por su hijo. En ese momento, el chico lo ve, viene corriendo y se abraza.  El padre lo abraza con fuerza, y le dice: -Hijo, ¿por qué tu vela no tiene luz? ¿por qué no encienden tu vela como a los demás? 
Y su hijo le responde:  -Papá, sí encienden mi vela cada mañana, igual que la de todos nosotros, pero…, ¿sabes qué pasa? cada noche tus lágrimas apagan la mía!!”.


-Anónimo-


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