viernes, 23 de agosto de 2013

TV Perú Noticias - Dominical:-




Conté...La bruja Achiqué

En una comarca lejana y solitaria de La Merced, en un tiempo de gran hambruna, unos campesinos que tenían dos hijos pequeños, viéndolos sufrir por el hambre y enloquecidos por la proximidad de la muerte, decidieron meterlos en una bolsa y arrojarlos a un barranco. La bolsa se atracó en un árbol seco cerca a las orillas del río, unos pajaritos jugando desataron la talega donde estaban los niños...ellos, llenos de hambre caminando llegaron a casa de una viejecita del monte que los recibió con aparente bondad.
Después.de darles de comer, una deliciosa sopa dispuso los hermanos durmiesen separados.
Ella dijo: – Dormiré con tu pequeño hermano y tú niña dormirás cerca de la chimenea.
Al alba la niña sintió débiles quejidos y suponiendo que fuese su hermano inquieta la niña preguntó que sucedía a lo que la anciana le respondió que estaba sacándole los piojos a su hermanito. Esto se repitió otra vez y nuevamente la viejita le respondió que estaba sacando las liendres al pequeño, la tercera vez que escuchó a su hermanito quejarse, la niña se levantó sin hacer ruido y pudo ver como la anciana...era la bruja Achiqué, que intentaba descuartizar a su hermano con una cortadera.
Sin perder tiempo, cogió la chiquilla un puñado de ceniza y el echó a los ojos de la bruja y mientras esta corría a lavarse al puquial desató a su hermano y huyeron de prisa. Llegaron hasta un árbol donde había un cóndor.
-¡Taita cóndor, ocultanos bajo tus alas que nos alcanza la Achique! – le suplicaron. y extendió sus alas el cóndor, cobijando a los niños uno a su lado derecho y a la otra al izquierdo.
-“¿Cóndor, has visto pasar por aquí dos niños que se me han escapado? -¡Déjame ver qué tienes bajo las alas!”
Al aproximarse la bruja , el ave le dio de aletazos e hizo caer rodando a la bruja hasta el fondo del barranco,.
Los niños salieron agradeciendo al Cóndor y siguieron su marcha apresurados.mientras la bruja gritaba 
– ¡Se me han escapado!.
En la loma encontraron una cueva donde se acicalaba una zorra a la que le pidieron ayuda, la zorra les escondió en su cueva.
La bruja jadeando llegó donde ella y le preguntó – Zorra, has visto a dos niños que me han robado...
y la zorra le respondió:  – Aquí sólo están mis crías.
Pero la bruja no le creyó y cuando iba a entrar a la cueva le dio de zarpazos.
Los niños antes de correr agradecieron a la zorra y prosiguieron su marcha, ya al atardecer, fatigados de tanto correr, llegaron a la madriguera de una zorrillo que igual  los ayudó metiéndolos en un hueco que cavó y llenó de hojas secas. Al anochecer llegó la bruja. y trató de sacar las hojas pero el zorrillo votó su olor fétido y la bruja se cayo espantada...Mientras los niños agradecían y salían corriendo.
Soñolientos llegaron a un prado donde había un rebaño de ovejas, los niños le pidieron a la más vieja que tenía una cuerda que los escondiera de la bruja, a lo que la oveja comenzó a mover su cuello hasta que la cuerda cayó al piso...Pero cosa mágica que esta quedó tiesa del piso al cielo...Por donde los niños empezaron a subir.
Vieja oveja, dijo la bruja, de seguro aquí están escondidos dos niños que se me han escapado.
-Aquí sólo están mis hermanas  - dijo la oveja.
Huían, huían los niños subiendo por la cuerda y tras ellos de nuevo los seguía la bruja tirándoles piedras.  Ya muy arriba apareció entre la bruja y los niños un pericote en la cuerda. La bruja le gritó -¿Oye dientudo salte y déjame pasar! pero el pericotito le respondió - Estoy comiendo mi semita morena (pancito) En realidad el pericote roía la soga.
De pronto la cuerda se rompió y desde lo alto se vino abajo la bruja.
-Pampallampa, Pampallampa, gritaba la vieja mientras caía. ¡Pampallampa! en las piedras No, en las piedras No!!!!  Y cayó despanzurrada en medio del llano.
Arriba seguían subiendo los niños al país de las nubes. La soga se mecía en el cielo como un inmenso tallo.
Dicen que donde cayó la bruja no ha vuelto a crecer nada y que allá en el cielo viven los dos niños sin padecer de hambre  ni de frío.

“Estampas y Cuentos de mi Tierra”, Tomo I, 1986, Aija-Peru