martes, 24 de febrero de 2015

El sauce llorón

Todo era un misterio. El osito Alvarín  no podía ocultar el miedo que sentía :siempre había escuchado terribles historias sobre el sauce que se alzaba en lo alto dela colina y que dividía el pueblo de la villa.
Como todos , el Osito siempre evitaba pasar a su lado y desde su casa podía verlo. En el día parecía manso y tranquilo pero en la noche, cuando se mezclaba con las sombras,él creía ver al monstruo que movía sus brazos, como queriendo atrapar todo lo que pasaba cerca de  él.
Su padre le decía que todas esas historias terroríficas eran solamente mentiras y que era su imaginación lo que le hacía ver monstruos donde no los había.
Y para colmo, ahora lo enviaba a recoger cinco hojas del temible sauce; desgraciadamente,el Osito no tenía elección, el corazón le latía fuertemente y sentía que sus piernas se iban a quebrar, pero peor aún, era sentir la mirada de papá Oso que esperaba verlo llegar hasta la colina.
-¿por qué habrá escogido esta hora para mandarme? -se preguntaba.
El sol ya se ocultaba y si no se daba prisa la noche lo sorprendería al pie del árbol. Conforme iba acercándose, podía escuchar cada  vez más fuerte un llanto, un gemido. Tuvo ganas de huir pero también temía la reacción de su padre; las historias que se le habían contado pasaban una a una por su memoria, por eso lo más rápido que pudo, comenzó a recoger y tirar de las hojas del sauce.
Tres, cuatro, el llanto se hizo mas fuerte y pudo escuchar las quejas:
-¿Por qué estoy tan solo? ¿Por qué no hay un niño valiente que me haga compañía?
El Osito con mucho temor preguntó:
-¿Eres tú, Sauce, el que se queja, eres tú el que llora con tanto sentimiento?
Sopló un fuerte viento y el Osito pudo escuchar la respuesta.
-Sí, si
Por un momento quedó paralizado. Luego, casi sin darse cuenta, comenzó a sentir mucha paz y tranquilidad.El Sauce ya no lloraba,sino que le contaba historias terroríficas de las personas que no se habían compadecido de su llanto y él había  asustado.
El Osito volvió a su casa con las hojas de sauce en la mano. Papá Oso, al verlo llegar, le preguntó:
-¿Hablaste con el Sauce?
-Si -dijo tímidamente el Osito, pensando que no  le creería, pero grande fue su sorpresa al ver que su padre lo abrazaba y besaba lleno de  orgullo, ya que él sabía que el sauce sólo le hablaba a las personas de buen corazón, que al escuchar sus quejas se compadecían de él.
Así que, si en el silencio de la noche escuchas un llanto triste y lastimero, no temas, ten compasión de su soledad y el sauce a  ti también te hablará.



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